Te juro que al verte sentí lo mismo que la última vez.
¿Qué? ¿Ganas de echar un polvo?
Si... y de tener una vida contigo.


sábado, 17 de septiembre de 2011

Get used.

Por favor, no me dejes hacerlo.
No dejes que vuelva a acostumbrarme a ti, a tu sonrisa, a ese olor que me vuelve loca, a verte aparecer todas las mañanas con las sábanas pegadas, la almohada y todo el juego de cama. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tu mirada, esa en las que tanta veces me perdí. No dejes que su color marrón vuelva a ser mi color favorito. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tu risa, a la sonrisa más perfecta que jamás haya visto, a esos labios que huelen a ti. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tus brazos, a mi mano entrelazada con la tuya, a tu forma de desquiciarme. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tenerte tras de mí, a esos abrazos por la espalda que tanto me gustan, a una llamada en la que de repente suene un te quiero. No dejes que vuelva a acostumbrarme a esas largas conversaciones y esas no tan conversaciones en las madrugadas de cada día. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tu letra, a tu música, a tu forma de vestir. A tu pelo alborotado, a su olor tras la lluvia. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tu adicción por el chocolate, a tu obsesión con Phineas & Ferb y a tu afición por los eventos culturales. No dejes que vuelva a acostumbrare al tacto de tu piel, a la forma en que se erizaba cuando algo te gustaba. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tus besos, a los largos y a los cortos, a los secos y a los mojados, a los tiernos y a los salvajes, a los picantes y a los ingenuos, a los perfectos y a los aún mejor que perfectos. No dejes que vuelva a acostumbrarme a tu forma de reír, a la manera en que me mirabas, a lo que me hacías sentir.
No dejes que me acostumbre.

Quiero quererte,
no acostumbrarme.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Shut up.

¡Calla!
Ahora ve, y cómetelos a todos.
Enfúndate los vaqueros de chica mayor, los desgastados, los de los mil y un agujeros, esos que tanto odia tu madre. Póntelos y destrózalos aún más. Regálale tres agujeros nuevos, siete caídas en nueve charcos diferentes, una mancha de alguna sustancia imborrable. Dibújale un trébol de cuatro hojas que te de suerte, una sonrisa para alegrarte los días y un corazón para sustituir el tuyo cuando se rompa. Atrapa tu camisa. Esa, esa. La de Nirvana, la camisa extra larga, la misma que aquella vez usaste de vestido. La que te abriga y es tan cómoda, la que te da buenas vibraciones, la que tanto te recuerda a ellos. Y, por último, tus all stars. Las converses negras que te acompañan desde hace meses, las desgastadas, las anti-femeninas, las que tanta rabia le dan a tu padre. Las mismas all stars en las que escribiste dos de los acontecimientos más importantes de tu vida, tus zapatillas de siempre

¿En los bolsillos?
Un par de chicles y ganas de comerte el mundo,
sin prejuicios y sin censura. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Lovers.

¿Somos amantes? Amantes.
Eso suena bien.
Suena a encuentros sexuales en hoteles de mala muerte, a felaciones en bares de las afueras, a besos robados en probadores de Pull&Bear. Suena a sexo desenfrenado, a descubrir nuestros deseos ayudados por el otro. Suena a saliva, a jadeos y a corridas. Suena a condones de sabores, a vendas cubriendo los ojos, a nata sobre mis pechos. Suena a placer, a orgasmos, a lujuria, a respiraciones, a gemidos, a gritos, a exclamaciones. Suena a descubrir, a jugar con el dado. Suena a adicción, a heroína y a nicotina. Suena a alcohol, a embriaguez. Suena a perder el norte, a perder todos los puntos cardinales. Suena a dejarse llevar, a no pensar en las consecuencias, a no divagar sobre el futuro. Suena a desnudez, a cuerpos entrelazados, a miembros enfrentados. Suena a semen, al sesenta y nueve, a veinte mil inventos. Suena a piedras, a playas, a parques, a helados y granizadas. Suena a mi cama y a la tuya. Suena a olores mezclados, intercambiados, sacudidos y exprimidos. Suena a aventuras sin Indiana Jones, a música sin Bon Jovi, a lectura sin Ruiz Zafón. Suena a no buscarle explicación, a disfrutar y a sonreír.  Suena a mis deseos cumplidos cuando yo quiera hacerlos realidad, a ropa sobre la alfombra y a fantasías sexuales. Suena a querer, a desear, a predecir, a dibujar, a reinventar, a cabalgar y a desmontar. Suena a streep tees, a canciones insinuantes, a un picardías. Suena a sexo con música, a un tanga verde, a quitarlo a mordisco. Suena a arrancar la ropa, a desgarrar la piel, a destrozarle los labios a besos. Suena a todo y a nada


Por ahora, suena bien.

domingo, 4 de septiembre de 2011

I don't want.

Autista reconocida.
No quiero ver a nadie, hablar con nadie, reírle a nadie las gracias, ni siquiera aparentar estar bien para lograr la felicidad de los demás. No quiero tener vida social, amigos, contacto con el mundo exterior. Tampoco quiero tener que salir de mi burbuja de lectura y café. No quiero. No quiero relaciones, sentimientos o sonrisas de ningún tipo. No quiero risa que ahuyente las lágrimas, ni cuentos de hadas que me hagan soñar. No quiero verle el lado positivo a lo malo, guiñarle el ojo al destino, ni hacer planes que se destruyan en un instante. Ya no quiero ser romántica, ni detallista; el sentimentalismo me ha abandonado. No quiero estar bien, ni superarlo. Tampoco quiero pasar página, me gusta vivir estancada en esta. No quiero besar otros labios extraños, abrazar otras espaldas fortuitas, perderme en otros ojos marrones. Pero tampoco quiero no querer todo esto. No quiero aprender a volar por el mismo motivo por el que no quiero escapar de tu red. No quiero decir no cuando mis ojos gritan sí. te quiero, quiero estar contigo, quiero tenerte a mi lado, quiero que todo sea fácil. quiero volver a sonreír, quiero hacerlo a sabiendas de que eres la razón de esa sonrisa. Pero ahora, no quiero. No quiero que mi felicidad dependa de nadie. No quiero echarte de menos como tampoco quiero que tú no me eches de menos. No quiero llorarte aún, ni desearte lo mejor. No quiero que lo mejor no sea a mi lado. No quiero, no quiero. No quiero sentirte lejos teniéndote a siete centímetros de mí, ni sentirte cerca a mil kilómetros de distancia. No quiero. No quiero ese viaje a Londres, ni esa noche de musical. No.

Ya no quiero.