Te juro que al verte sentí lo mismo que la última vez.
¿Qué? ¿Ganas de echar un polvo?
Si... y de tener una vida contigo.


jueves, 31 de marzo de 2011

Train.

Nos miramos. La complicidad que compartimos se hace pausible y quién se cruce en nuestra conexión es testigo mudo de ello. Seguimos mirándonos y sonreímos. Su sonrisa es perfecta. Ilumina el mundo, hace que recuperes la esperanza y que todo sea perceptiblemente diferente. Hace sonreír, dibuja sueños imposibles y te transmite tanto que, a veces, abruma. Derrite los corazones más helados, eso fue lo que hizo con el mío.
Su sonrisa es perfecta y seguirá siendo perfecta por muchos años más. Pero es perfecta porque, a pesar de todo lo que ha sufrido y lo mucho que han intentado borrársela, ella sigue a h í. Es perfecta porque aparece en los momentos menos esperados. Imperturbable y decidida, luchando por no desaparecer en un mar de hipocresía disfrazada.
Sonríe, y me encanta que lo haga.


Pero, hazme un favor:
No la ocultes nunca.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Optimistic Day.

Hoy no es un día especialmente alentador, ni es de ese tipo de días en los que tienes dibujada en la cara la típica sonrisa tonta, ni tampoco es ese día en el que los colores del mundo son más brillantes que de costumbre.
Hoy no es un buen día. Es un día de esos en los que tienes sueño, es de ese tipo de días en los que tomas conciencia de que por mucho que luches tu nota en inglés no va a subir de un mísero seis, es de esos días en los que el mundo te desencanta y un pinchazo gobierna tu muslo derecho.
Pero, por otro lado completamente opuesto, sabes que esa sensación no es permanente, que la tensión no va a existir siempre y que los días tristes son parte de la felicidad. Sabes que todo es cuestión de rachas y épocas, que todo radica en mirar al futuro a los ojos y decirle No te tengo miedo. Puedes venir cuando quieras. Sabes que equivocarse y errar no van de la mano de connotaciones negativas, y que ambos son necesarios en la vida. Sabes que el destino sonríe a los que se atreven a sonreírle antes , y que todo eso de que está escrito en las estrellas, no son más que patrañas. Sabes que, aunque jamás podrás conocer el sabor de una nube o el olor de una estrella, la imaginación puede ir mucho más allá; y que un día, no muy lejano, verás todo con una claridad impoluta. Sabes que los sentimientos fueron creados para hacer feliz, pero también para ocasionar los mayores sufrimientos del mundo. Sabes que no todo siempre va como desearíamos, podríamos ser más altas, más delgadas o tener un tema de conversación apasionante; sin embargo, también sabes la suerte que has tenido de nacer donde lo has hecho.
Por ello, tienes que coger tu día poco alentador, tu día soñoliento y darle la vuelta. Forzar a que los colores brillen, las mariposas sonrían y los sentimientos, por esta vez, te hagan feliz. Tienes que conseguir un día optimista, en el que descubras la banda sonora de tu vida, tu propia melodía.
 
 
Mi melodía es
el silencio de tus palabras.

domingo, 27 de marzo de 2011

Brown eyes.

Me miras, intentando adivinar mis pensamientos. Intentas saber si te odio, si te quiero, si ahora mismo quisiera golpearte hasta hacerte sangrar, si te guardo algún rencor o si lo estoy pasando mal. Golpeas con tu mirada en mi cuerpo buscando un atisbo de fragilidad, sonríes tras el asomo de mi vena dramática e irrumpes con tu luz en la oscuridad en la que se ha tornado mi vida. Desafías con tu mirada a cada una de mis lágrimas, que ya han aprendido cuando deben dejarse ver y cuando no, que es la mayor parte del tiempo.
Me miras con esos ojos que, hasta hace dos semanas, me regalaban amor y que, hoy en día, sólo me transmiten pesar e incertidumbre. Me confunde tu risa, y me hace pensar que todo esto no te afecta en absoluto. que no es así, pero de todos modos, confunde. Tu inseguridad me vuelve insegura ante algo que ni yo misma comprendo, algo que por mucho que le de vueltas no logro entender.
Veo destellos marrones en cada rincón de mi memoria, y recuerdo lo feliz que me sentía al ver ese color brillar, lo mucho que me llenaba y la satisfacción ante algo tan absurdo como sacarte una sonrisa. La sensación de pertenecer, por fin, a un momento y lugar exactos era sobrecogedora y me hizo quererme un poco más cada día. Pero todo lo bueno sea acaba, o queda en parón durante un tiempo.
Aún hoy, sigo pensando en esos ojos marrones y en lo mucho que aprendí de ellos. Me hicieron fuerte y guerrera, me permitieron expresar todo lo que llevaba dentro, me concedieron el honor de descubrir que no todo era tan oscuro, dibujaron sonrisas en mi alma y escalofríos en mi piel, me hicieron ver que la soledad es mejor en compañía y que reír sin motivo es una buena forma de pasar el tiempo, me hicieron decidir en que consistiría mi futuro, obtuvieron en mí una persona que aprendió a amarles sin ningún tipo de prejuicio y tejieron una inmensa red de sentimientos que tuve la suerte de poder vivir. Fueron esos ojos marrones, a los que nunca vi llorar, los que me hicieron despertar de mi largo letargo. Fue por ellos, que abrí las alas y aprendí a volar.


No me arrepiento de haber querido al portador de esos ojos marrones,
 y no me arrepiento de seguir queriéndolo.

viernes, 25 de marzo de 2011

Thanks.

Siempre dije que no me afectaría, que cuando algo así me pasase sería capaz de sobreponerme a la situación. Siempre dije que era fuerte y que estas cosas a mi no me afectaban. Siempre dije que esto no iba conmigo y que enamorarse era de ingenuas, que el amor era un mito y que, en vano, la gente lo busca. Siempre dije que nunca querría a nadie de verdad. Siempre dije que no sufriría por amor, y que dejaría de magnificar los problemas. Siempre he dicho que terminaría sabiendo que hacer y hacia donde dirigirme. Siempre sabría que camino escoger, que salida o que callejón para acortar el trayecto, pues toda mi vida ha consistido en una continua huida de mis sentimientos. Si no siento, no me implico y si no me implico, nunca querré a nadie. Era una buena táctica.
Pero debo darte las gracias por alejarme de ella. Porque era una táctica, una muy buena táctica para evitar vivir. Porque huir de todo, no es la solución sino la fuente del problema. Porque el esquivar sistemáticamente el conflicto, no te hace más fuerte sino inmensamente más débil. Porque sonreír cuando la gente quiere que lo hagas, no es lo correcto.
Gracias porque me enseñaste que no debo amoldarme al mundo, debo hacer que él se amolde a mi. Gracias porque, por encima de todo, no tienes ni idea de todo lo que he aprendido de ti.
Gracias por hacerme ver lo equivocada que estaba con respecto a todo.

 
Aún así, sigue doliendo.

domingo, 20 de marzo de 2011

Coeur de pirate.

Tengo un corazón pirata, que ansía libertad. Correr cuando la gente piensa en caminar y reír en el momento menos indicado. Quiero navegar en un mar de sentimientos y probarlos todos: la ira, el desamparo, la melancolía, el desamor, la tristeza, la impotencia, la felicidad, la lujuria, la pasión, el cariño, la dicha, el escepticismo. Tengo un corazón pirata, que no entiende de cadenas, de lazos o de contratos, que no busca compromiso ni estabilidad. Tengo un corazón pirata que lo que quiere es libertad. Pilotaré un navío de anchas velas blancas que me llevará adonde yo decida. No usaré mapas, ni me guiaré por las estrellas. Decidiré mi camino a medida que lo recorra. Erraré por todos los mares y océanos, y mi espada se hundirá en el pecho de todo vil villano que a mi paso encuentre. Seré un corsario temido. Arrancaré corazones y me los comeré aliñados con tinta de calamar, dejaré un hombre en cada puerto prometiéndoles mi regreso pero nunca volveré a mirar atrás.
Tengo un corazón pirata, que ansía libertad.


miércoles, 16 de marzo de 2011

Let's guess.

Supongamos que me da por quererte a ratos, por subir cuando la gente baje o por decir esternocleidomastoideo cada vez que vea un árbol. Supongamos que los coches circulan por las aceras y las personas caminan por la autopista, repostando en cada gasolinera las ganas de vivir. Supongamos que el alcohol no emborracha y quién anda ebrio es quién puede recorrer las líneas rectas que inventamos. Supongamos también que los perros maúllan, los gatos mugen y los pájaros rugen. Pero, ¿quiénes ladran? Los semáforos. Supongamos que el azúcar no engordase, que las gominolas fueran un postre homologado y que el chocolate no fuese tan adictivo. Supongamos que cuando haga frío sea verano y que el calor más agobiante se dé en invierno. Supongamos que los brownies sean salados y que equivocarse sea algo extraño. Supongamos también que la órbita terrestre es rectangular y que las víboras pueden ser mascotas estupendas. Supongamos que bailar sea sólo mover los pies y que cantar sea la forma bonita de expresar los sentimientos. Supongamos que podamos ser alérgicos a la tristeza, al desamor o a las desgracias pero también a la felicidad, a la hiperactividad o al optimismo. Supongamos que el camino no esté escrito y que deban ser nuestras huellas las que lo construyan. Supongamos que las estaciones cambien su rumbo normal y comiencen a correr a la inversa, primero primavera y luego otoño. Supongamos que la luna salga a las siete de la mañana, y sea el Sol quien lo haga por la noche. Supongamos que existe una balanza de las cosas buenas y malas, y que nosotros pasemos de ello y la usemos como columpio. Supongamos que las estrellas dejen de titilar allá en el cielo y que los horóscopos desaparezcan. Supongamos que el helado no se derritiese nunca y que, por fin, las guindas sepan bien. Supongamos que caminamos por el techo y que la ducha se use para dormir. Supongamos que saltamos al vacío, y debajo nos espera una colchoneta gigante. Supongamos que el Sol gira alrededor de la Tierra y que seamos el principio y final de lo conocido. Supongamos también que existe vida alienígena y que ellos se quejan de lo extraños que somos. Supongamos que el abecedario no termine en la Z. Supongamos que no te quiero y que, después de todo, seamos personas.


Supongamos que los Sugus no sean cuadrados.

viernes, 11 de marzo de 2011

Muffin

-Esto nunca va a ser eterno. Y eso es bueno, porque si fuese eterno no lo disfrutaríamos. Pero no me malinterpretes, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Y me besa, primero lento y dulcemente. Luego el carácter sexual del beso aumenta hasta topes desorbitados, y sólo nos controlamos porque estamos en un parque. Y mientras me besa con esos labios que ya puedo recorrer en la más absoluta oscuridad, susurra palabras. Palabras prohibidas que me estremecen, que me hacen imaginar todo lo que describen, que me incitan a no querer parar nunca, que me dibujan un mundo nuevo de prometedores horizontes. Palabras que recorren mi cuerpo como dulces caricias, que bailan entre los poros de mi piel. Palabras que nos envuelven y crean una coraza donde sólo estamos él y yo.

El resto del mundo es insignificante.

lunes, 7 de marzo de 2011

Once.

Por una vez, no me dejes hablar para espantar a los pensamientos, no dejes que sonría para ocultar las lágrimas, no me permitas decir cuando detesto la cosa que he aceptado, no me consientas ser sarcástica porque con ello hago daño a la gente, no autorices mi partida el día que no desee marcharme, no me dejes hacer las cosas que tanto deseo pero que ponen en riesgo mi vida, no me permitas parlotear durante horas como método para olvidar, no me dejes recordar la parte triste de las películas, no me permitas escuchar mis canciones los días que esté de bajón, no dejes que la gente me utilice cuando no soy capaz de darme cuenta de que lo hacen, no me permitas estar feliz una única hora al día: haz que lo esté las 25 horas que suponen mi día.


Por una vez, no me dejes.

domingo, 6 de marzo de 2011

Reality.

Solo, que ahora dice abiertamente lo que piensa, hace lo que quiere cuando le apetece incluso si con ello está incumpliendo alguna norma, se vuelve loca por momentos, canta a pleno pulmón por la calle, sonríe a los desconocidos, juega en los límites, se equivoca y eso la hace feliz.


Solo que ahora, por una vez, ella es libre.

martes, 1 de marzo de 2011

Six.

Adoro estos días. En los que el mundo termina a los pies de mi cama, en los que las preocupaciones no llegan a las sábanas y amarte es lo único importante. Los días es los que desgasto tus labios de tanto besarlos, en los que mi piel y tu piel se erizan al mismo tiempo, en los que me regalas el universo en tus ojos y el deseo es más fuerte que cualquier cosa. Adoro estos días, en los que por fin nos tenemos e inventamos nuestro propio lenguaje de caricias y promesas. En los que tu aroma es lo único que respiro, tu cuerpo lo único que anhelo y nuestro mayor objetivo, deshacer mi cama.
Adoro los días que son nuestros.

Los días en los que mi mundo se reduce a ti.