Te juro que al verte sentí lo mismo que la última vez.
¿Qué? ¿Ganas de echar un polvo?
Si... y de tener una vida contigo.


miércoles, 16 de marzo de 2011

Let's guess.

Supongamos que me da por quererte a ratos, por subir cuando la gente baje o por decir esternocleidomastoideo cada vez que vea un árbol. Supongamos que los coches circulan por las aceras y las personas caminan por la autopista, repostando en cada gasolinera las ganas de vivir. Supongamos que el alcohol no emborracha y quién anda ebrio es quién puede recorrer las líneas rectas que inventamos. Supongamos también que los perros maúllan, los gatos mugen y los pájaros rugen. Pero, ¿quiénes ladran? Los semáforos. Supongamos que el azúcar no engordase, que las gominolas fueran un postre homologado y que el chocolate no fuese tan adictivo. Supongamos que cuando haga frío sea verano y que el calor más agobiante se dé en invierno. Supongamos que los brownies sean salados y que equivocarse sea algo extraño. Supongamos también que la órbita terrestre es rectangular y que las víboras pueden ser mascotas estupendas. Supongamos que bailar sea sólo mover los pies y que cantar sea la forma bonita de expresar los sentimientos. Supongamos que podamos ser alérgicos a la tristeza, al desamor o a las desgracias pero también a la felicidad, a la hiperactividad o al optimismo. Supongamos que el camino no esté escrito y que deban ser nuestras huellas las que lo construyan. Supongamos que las estaciones cambien su rumbo normal y comiencen a correr a la inversa, primero primavera y luego otoño. Supongamos que la luna salga a las siete de la mañana, y sea el Sol quien lo haga por la noche. Supongamos que existe una balanza de las cosas buenas y malas, y que nosotros pasemos de ello y la usemos como columpio. Supongamos que las estrellas dejen de titilar allá en el cielo y que los horóscopos desaparezcan. Supongamos que el helado no se derritiese nunca y que, por fin, las guindas sepan bien. Supongamos que caminamos por el techo y que la ducha se use para dormir. Supongamos que saltamos al vacío, y debajo nos espera una colchoneta gigante. Supongamos que el Sol gira alrededor de la Tierra y que seamos el principio y final de lo conocido. Supongamos también que existe vida alienígena y que ellos se quejan de lo extraños que somos. Supongamos que el abecedario no termine en la Z. Supongamos que no te quiero y que, después de todo, seamos personas.


Supongamos que los Sugus no sean cuadrados.

3 comentarios:

  1. Esta entrada me ha hecho sacar una sonrisa ;)
    Mi frase favorita? Supongamos que me da por quererte a ratos, PRECIOSA :)

    ResponderEliminar
  2. Supongamos que me da por quererte a ratos... ¡qué frase!

    ResponderEliminar