Te juro que al verte sentí lo mismo que la última vez.
¿Qué? ¿Ganas de echar un polvo?
Si... y de tener una vida contigo.


viernes, 23 de diciembre de 2011

A shelter.

Te quiero de una forma contradictoria y, a veces, hasta dañina. Te quiero en términos extraños de ambivalencia y polivalencia, de ceder por no gritar y de cerrar los ojos aunque ya ni tenga. Te quiero por momentos, a ratos e intervalos; pero eso no es justo para ti, ni para mi, ni incluso para nuestros corazones. Me gustaría poder quererte de otra forma, apostarlo todo por ese número que, de repente, pasó a cobrar tanta importancia, querer sin reservas y sin miedo; pero me hicieron tanto daño que ya no quiero querer de esa manera. Y tú no te lo mereces, no te mereces que alguien te quiera con una porción tan pequeña de su corazón porque el resto se halle en reparaciones.
Sin embargo, he construido para ti un pequeño refugio. Una cabaña en pleno bosque donde eres lo único necesario para vivir, un molino que ahuyenta los problemas y seca las lágrimas, un cobertizo donde cubrirnos con miles de mantas, combatir el frío con el calor de tu sonrisa. He construido para ti un pequeño refugio donde poder perdernos y encontrarnos, donde la noción del tiempo no se recoge en ningún diccionario y la distancia es sólo una quimera. He construido para ti un pequeño refugio entrelazado en nuestras miradas, un refugio que te regalo en cada beso y que ya no presenta coordenadas
He construido un pequeño refugio para ti

Uno pequeño, 
pero siempre podemos hacer reformas.

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